El pasado jueves 19 de abril el pleno del Parlamento Europeo aprobó las nuevas normas que endurecerán el control de emisiones contaminantes de los vehículos a partir de 2020 en los países de la UE.
El sistema actual ha sido revisado a raíz del fraude de Volkswagen en 2015 y para evitar que pueda ocurrir algo similar se prevén controles más estrictos a los vehículos de motor tanto con los fabricantes antes de ser homologados como cuando ya estén en circulación.
Las nuevas medidas entrarán en vigor el 1 de Septiembre de 2020, aunque antes debe recibir el visto bueno de los Estados miembros ya que, en el nuevo paquete de medidas, se aclararán las responsabilidades de cada país, de los centros encargados de los controles y de los organismos de supervisión del mercado. De esta forma se busca reforzar la independencia de los diferentes organismos para evitar conflictos de intereses.
Por ejemplo, una de esas medidas para garantizar la independiencia será la obligación de cada país a realizar un número mínimo de inspecciones de vehículos (dependiendo de las matriculaciones) y, al menos, un 20% de evaluaciones del nivel de emisiones contaminantes.
En el momento que el nuevo paquete de medias entre en vigor, la Comisión Europea tendrá el poder de llevar a cabo directamente controles e inspecciones cuando quiera para verificar que se cumple la legislación. Así, si fuese necesario, podría imponer sanciones a los fabricantes y retirar los modelos que no cumplan con las reglas establecidas.
Hasta ahora, la Comisión europea podía sancionar a los Estados Miembros y que estos fuesen los que penalizasen a los fabricantes, pero a partir de 2020 podrá llevar a cabo sus propias inspecciones y atajar directamente las malas prácticas.
Asimismo estas medias van encaminadas a que el nivel de emisiones contaminantes se mantengan siempre dentro de los estándares mientras el vehículo mantenga su vida útil. Por tanto los servicios técnicos como las estaciones de ITV estarán también sometidos a auditorías por parte de la Comisión Europea para prevenir cualquier trampa.
Como propietarios del vehículo tendríamos derecho a un reembolso si nos vemos obligados a reparar el coche para arreglar defectos que posteriormente obligasen a retirar el producto. En general, la nueva normativa va más enfocada a los fabricantes, por lo que como usuarios no tenemos que temerla salvo por el nivel de emisiones contaminantes como hasta ahora.