Hace un par de días OCU sacaba a la luz su estudio sobre los vehículos más contaminantes en Madrid. Las conclusiones no pueden ser más claras: los vehículos más contaminantes son los más antiguos, a los que no corresponde etiqueta ambiental (diésel anteriores al año 2000 y los gasolina anteriores a 2006).
De hecho, el dato es impactante:
Los vehículos sin etiqueta, es decir, el 15% de los coches, producen el 50% de las emisiones.
Un vehículo antiguo contamina 10 veces más
Para el estudio se han hecho 376.000 mediciones durante el año 2019 en diferentes accesos a la M30 de Madrid en colaboración con OPUS RSE.
Con estas mediciones se ha demostrado que, por ejemplo, un turismo diésel al que no corresponde ya etiqueta de la DGT, emite 10 veces más óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión (MP) que un turismo diésel con etiqueta C.
Si comparamos los vehículos gasolina, vemos que ocurre algo parecido: un turismo gasolina sin etiqueta contamina 5 veces más que uno posterior a 2006.
La ITV, fundamental para controlar las emisiones
Muchas veces la cantidad de emisiones contaminantes no responde únicamente a la antigüedad del vehículo, sino a averías o malas calibraciones de los sistemas. Aquí es donde entra en juego la ITV.
Uno de los puntos más importantes a la hora de realizar la inspección es la prueba de emisiones. Con ella se puede determinar qué vehículos cumplen la normativa y cuáles deberían corregir ciertos aspectos para poder seguir circulando. Y en el peor de los casos, también se determina qué vehículos no deberían seguir circulando por ser demasiado contaminantes.
En el último año, han aumentado los suspensos por la prueba de emisiones debido a la nueva normativa de la ITV. Algo más dura, pero sobre todo, más difícil de engañar gracias a la revisión OBD.
En condiciones reales, los etiqueta C, Eco y Cero Emisiones apenas se diferencian a niveles de contaminación
Otro de los puntos que más sorprende es la confirmación de que, comparándolos sobre el asfalto, los vehículos con etiqueta C no difieren tanto de los Cero y Eco.
Es cierto que en este caso hablaríamos de los más modernos y de gasolina, pero sigue siendo interesante que “solamente” emitan un 2% más de NOx que los vehículos de una gama ecológica superior.
Cabe recordar que la mayor parte de los vehículos con etiqueta Eco son los microhíbridos, hibrídos no enchufables y vehículos convertidos a GLP anteriores a 2006. A estos se sumarían los Cero Emisiones, que en realidad siguen siendo aún un porcentaje muy bajo.
¿Habrá soluciones a corto plazo?
En el mes de octubre, el Ayuntamiento de Madrid presentaba su proyecto Madrid 360 que ampliaba el área de bajas emisiones del actual Madrid Central, pero hasta ahora no se sabe exactamente cuándo se empezará a aplicar.
Pero ¿es suficiente restringir el acceso de vehículos? Como hemos visto en los datos del informe de OCU, el problema real parece ser la edad de nuestro parque automovilístico.
Quizá se deberían retomar planes de actualización de vehículos no solo para la compra de híbridos y eléctricos, sino también para aquellos que están en el grupo ambiental con la etiqueta C.
El precio de éstos es más asequible para cualquier hogar español y el nivel de emisiones es mucho menor que aquellos clase B o sin etiqueta ¡y bastante a la par que los ECO!
Por supuesto, las estaciones de ITV deben seguir ajustando las medidas para identificar y retirar de la circulación los vehículos más contaminantes, contribuyendo así a tener un aire más limpio en nuestras ciudades.