La contaminación de los vehículos es uno de los principales temas de preocupación entre los conductores y conductoras españolas. Tanto por las restricciones de tráfico como por tratar de contribuir a la mejora de la calidad del medio ambiente que compartimos.
Sabemos que el principal problema es que tenemos un parque automovilístico envejecido y que los coches más antiguos son los que más contaminan. Así que hasta que podamos ahorrar y cambiarnos de coche, aquí van unos consejos para tratar de emitir el menor número de emisiones contaminantes posibles.
Cuanto mejor funcione la mecánica, menos contaminará tu vehículo
Es bastante lógico pensar que un buen mantenimiento hace que tu vehículo contamine menos. Sobre todo hay que prestar atención al tubo de escape y el catalizador. Si funcionan correctamente, tu vehículo emitirá muchas menos partículas contaminantes.
El buen estado de la batería reduce el consumo
La vida útil y eficiente de la batería son aproximadamente 5 años. Pasado ese tiempo puede empezar a darte problemas, por lo que mantenla siempre en buen estado. Si a ésta le sumas la revisión del sistema de encendido del vehículo, conseguirás mejorar el consumo del combustible.
Vigila la presión de los neumáticos para ahorrar combustible
Los neumáticos son una parte importantísima de nuestro vehículo y deberías revisarlos cada poco… aunque sea una revisión ocular un poco más en profundidad cada mes.
Por ejemplo, ten siempre en cuenta la presión recomendada por el fabricante ¡y mantenla! Con una menor presión, el vehículo tendrá que hacer más esfuerzo por avanzar y puede traducirse en un mayor gasto de combustible.
Mantén limpios los filtros y los inyectores
El sistema de inyección ayuda a dosificar la cantidad de carburante que entra en la cámara y consigue que la combustión sea la adecuada. Si no se mantienen limpios, los inyectores pueden llegar a averiarse y a aumentar el nivel de emisiones de CO2.
Pero también hay otros filtros encargados de controlar las emisiones como el filtro del aceite y el del aire. Mantenerlos limpios, con una lubricación adecuada y sin suciedad, son claves para que se expulsen menos gases y partículas perjudiciales.
Conducir de forma eficiente
Una buena forma de mantener un consumo constante y reducir los gases emitidos es mantener una velocidad constante y utilizar las marchas adecuadas. Recuerda que los motores de gasolina lo ideal es cambiar de marchas a partir de las 2.000 y en diésel sobre 1.500 revoluciones por minuto.
De esta forma, también mejorarás la vida útil del motor y te durará más tiempo sin averías graves.
No dejes el coche en marcha innecesariamente
Cuando vas a estar parado un rato previsiblemente largo, lo mejor es parar el motor (de hecho, los coches más modernos lo hacen automáticamente) ¿Por qué? Porque al apagarlo dejarás de emitir gases durante ese rato.
Planifica tus viajes y comparte coche siempre que puedas
Es un clásico, pero funciona. Trata de elegir el camino más corto y/o en el que se esperen menos atascos para reducir tanto el consumo de combustible como las emisiones.
Recuerda también que si colocas el equipaje de forma correcta, puedes disminuir el consumo y, de paso, garantizar tu seguridad en el vehículo.
Y, por supuesto, trata de compartir coche. ¿Cuántos coches ves por la carretera con un solo ocupante? Si puedes compaginar horarios y zonas de llegada y salida ¡comparte!