En este verano de incertidumbre todo ha sido diferente y la forma de desplazarnos ha cambiado un poco. Al principio del verano, la DGT preveía que habría menos desplazamientos y muchos menos accidentes mortales… pero sus previsiones no han sido tan buenas como esperaban.
Menos desplazamientos… pero aún muchas víctimas mortales
La lógica nos indicaría que a menos tráfico, menor siniestralidad; sin embargo esa afirmación no ha funcionado tan bien como esperaban desde distintas entidades.
Según los datos de la Dirección General de Tráfico, los movimientos de largo recorrido descendieron un 9% respecto al verano pasado. De haberse cumplido las previsiones, el número de accidentes debería haberse reducido de forma proporcional… pero lo cierto es que solo se redujo tan solo un 4% .
Los accidentes con víctimas mortales también se redujeron en un 6%, una cifra bastante más baja de la que se esperaba a principio de temporada.
Las carreteras convencionales, en el punto de mira
Uno de los temas más preocupantes sigue siendo la alta mortalidad de los accidentes producidos en las carreteras convencionales. En los desplazamientos de este verano, el 76% de los fallecidos fueron por accidentes en carreteras convencionales. De éstos, un 47% por salidas de la vía.
En este tipo de vías se encuentran la mayor parte de puntos negros. Si se le suman otros factores como la velocidad, las distracciones o el estrés por la situación actual, se vuelven mucho más peligrosas.
Además, otro dato preocupante es que parece haber una tendencia hacia costumbres negativas que ya deberían ester superadísimas a estas alturas. Nos referimos a la falta de descanso en los trayectos largos y, también, a no utilizar el cinturón de seguridad: un 27% de los fallecidos no lo llevaban puesto.
¿Se está quedando la normativa de seguridad vial atascada?
La preocupación por no haber podido reducir más el número de accidentes incluso con la disminución del tráfico es algo evidente. Desde RACE nos indicaban que “El balance deja como conclusión que el riesgo es permanente en las carreteras y hay que seguir trabajando en materia de seguridad vial como una prioridad en todos los niveles, tanto en la política como en la agenda social” También señalan que “La situación actual no debe distraer de cuestiones como la necesidad de renovación del parque automovilístico y la inversión en infraestructuras”
Para Stop Accidentes es posible que “la seguridad vial esté quedando relegada”, y añaden que “Cada año fallecen muchas personas y quedan heridos graves y con secuelas de por vida muchos más, pero de esto se habla poco en los medios. Solo, de vez en cuando, vemos en el telediario una noticia sobre un siniestro vial que resulta mediático por las circunstancias que lo rodean”
El Ministro del Interior, Fernando Grande Marlasca, se mostraba algo optimista con los datos, resaltando que ninguna cifra de fallecidos puede ser positiva pero “Teníamos preocupación por que la pandemia, el estado de alarma y el confinamiento tuvieran un reflejo en una conducción impulsiva y por consiguiente un aumento de la accidentalidad, pero los datos de este verano parecen indicar que la conducción se ha normalizado, aunque no podamos bajar la guardia”
Nuevos retos de concienciación
En definitiva, las cifras del verano no han sido tan buenas como se esperaban. Los factores son variados como el estrés de los conductores, la falta de mantenimiento de los vehículos, carreteras descuidadas… y una falta de concienciación.
Habrá que estar pendiente de los nuevos planes de la DGT y el ministerio del interior. ¿Volverá la seguridad vial a ser un tema candente? ¿cuáles serán las nuevas medidas para la nueva normalidad que nos espera?.